39 semanas

¿ EN QUÉ ME ESTOY CONVIRTIENDO?

Llevo un tiempo que no me reconozco.

Estoy cambiando.

Pero no en el sentido de madurar, conseguir mis objetivos, realizarme como persona…

No no… en plan digi-evolución, como los Pokemon.  No me reconozco ni yo. Soy un nuevo ser que hace cosas extrañas, y me sorprendo a mí misma.

Cuando aún no sabía que estaba embarazada, empecé con los síntomas, pero claro, yo no ataba cabos.

No me apetecía desayunar, cuando yo siempre devoré café+zumo de naranja+ desayuno inglés + 3 cebras a la parrilla, pero de repente…  ¡Qué desgana por la mañana!.

A eso de las 12 me entraba un hambre brutal, no el típico gusanillo que te hace caer en la tentación… no. Hambre de ogro, que si te pones delante te podía comer un ojo.

Pero a la hora de escoger qué comer… ¡Mmmmm otra historia!

Barrido ocular por la nevera y la despensa… ¿qué me apetece, qué me apetece?… Eeemm ¡NOCILLA!  Unto una rebanada generosa, me dispongo a darle un bocado y… PUAJJJJJ ¡ASCO EXTREMO! ¿En serio? ¿Asco a la nocilla yo? No entiendo nada…

Vuelvo a mirar la nevera y ahí está, mi salvación… SALCHICHOOOOOOOOOON (babas colgando hasta el suelo).

Y me pongo morada a salchichón.

Antes de que hiperventileis… ¡NO LO SABÍA! ¡NO SABÍA NADA DE LA TOXOPLASMOSIS! Y confesé este pecado en mi consulta a la matrona, repitiendo una y otra vez : «NO VOLVERÁ A OCURRIR».

A parte de las cosas extrañas con la comida, me encontraba muy mal, revoltura de estómagos, arcadas… PERO POR LAS TARDES. Tampoco era una señal tan clara para que sospechase que el resultado podía ser positivo.

Yo creía que a las embarazadas les daba por tener naúseas por las mañanas, y no convertirse en un sapo moribundo por las tardes.

Cuando por fin se confirmó el resultado, me regalaron este libro 39 SEMANAS Y MIS EXPERIENCIAS COMO MAMA NOVATA de Esther Gili.

39 semanas. Esther Gili. Portada

Esther Gili. 39 semanas.

Es genial. Reconozco, que como buen cactus, no soy demasiado dada a meterme de lleno en este nuevo mundo paralelo del embarazo, pero es que sus ilustraciones, la manera de contar lo que le sucede, y el humor con el que se lo toma… ¡Hace que veas que no estás sola! ¡No sólo a ti te pasan estas cosas, es normal, y te puedes reir de ello!

Me cautivó ya con su introducción.

“Quiero quitarte el canguelo a eso de “la maternidad”

¡GRACIAS ESTHER! ¡JUSTO LO QUE NECESITABA!.

A medida que iba pasando páginas iba riéndome más.

¡Los ascos por la tarde no eran tan raros! ¡mi selectividad extrema para escoger comida tampoco! Y el sentido del olfato súper desarrollado… en fin… ¡Es un mundo a parte!

vómitos. Libro 39 semanas. Esther Gili.

Siempre fui un sabueso, pese a ser fumadora, mi sentido del olfato era brutal.

Un privilegio a la hora de cocinar (no se me quema nada) y un horror al viajar en transporte público, incluso, para trabajar cara al público.

Desde hace mucho tiempo me planteo una seria duda, del tipo ¿Fue antes el huevo o la gallina? La mía es… ¿La gente que no se lava huele a cebolla? O ¿Es la cebolla la que huele como la gente que no se lava?.

Volviendo al tema, que a nadie le interesan mis paranoias olorísticas (Aunque agradecería que me dierais vuestra sincera opinión al respecto).

Mi capacidad de rastrear, olfatear, y archivar olores siempre fue muy fuerte, quizás para compensar la poca memoria visual que tengo.

A mí los olores no se me olvidan. Soy capaz de revivir experiencias con un aroma, o reconocer a la gente sin verla. PEEEEEERO, soy muy selectiva.

No soporto el olor a mimosa, ni a lavanda, ni a la mayor parte de ambientadores, ni a muchos perfumes.  Sufro, sufro muchísimo. Y mi madre más, porque cada vez que cambia el amientador empiezo a arrugar la nariz. Un mal aroma (en mi opinión) es capaz de revolverme tanto las tripas, que me cierra el estómago y no puedo comer en horas.

¡Y eso sin estar embarazada! ¿Os imagináis lo que estoy pasando ahora?

Pero me consuelo, porque según Esther, no soy un bicho raro, es normal, y espero que se me pase poco a poco.

Libro 39 semanas. Esther Gili

¿Lo de los olores se quita también a partir del tercer mes? ¿Sabeis algún remedio casero?

Sufro en mis carnes el perfume de una compañera de trabajo, creo que tendré que pasar vergüenza,  y decirle que por favor no la use en una temporada. ¿O quedaré como una auténtica loca?

Seguiremos informando.

¡Besos y abrazos, a todos aquellos que llevan perfumes que soporto!


24 respuestas a “39 semanas

  1. Genial entrada 🙂 me has robado bastantes sonrisas, lo de los olores yo también lo sufrí era abrir la nevera y me olía horrible en general todo se incrementaba y me revolvía entera pero nunca pregunté o me dijeron la solución 🙂 besos enormes de miércoles.

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  2. Jaja, en cuanto a los olores yo creo que no se va, más bien nos acostumbramos jaja si tienes confianza díselo así en plan broma jaja.

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  3. Quedarás como una embarazada a la que ese perfume en concreto me afecta. Así que díselo y deja de sufrir en silencio, que si no el embarazo se te puede hacer me largo. Besitos

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  4. El blog de Esther fue mi gran descubrimiento durante el embarazo, el libro tiene que ser genial 🙂
    Lo de los olores a mi me duró todo el embarazo, el pobre perro me olía fatal, lo bañaba cada dos por tres jaja. A tu compañera puedes comentárselo en plan broma el día que te pregunte como te encuentras, jajaja. Sería todo un detalle de su parte que durante este tiempo no se pusiera ese perfume. Cuídate. Un abrazo.

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    1. Lo es, es genial!!
      Cuenta también el primer año con su peque. Pero esa parte me la reservo para leer más adelante, y que así me sorprenda entre carcajadas de nuevo

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  5. Lo de los olores no se quita jiji. Siento ser tan sincera, pero te durará todo el embarazo. Yo en este último he regalado dos colonias y además limpiaba sin parar un armario que yo decía que olía a humedad. Incluso subiendo por la escalera del garaje ya olía si alguna naranja se había podrido. MI marido me seguía por la casa con la cara desencajada jeje. Un saludo.

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    1. Noooooooo
      ¿Todo el embarazo?
      Detecto olores super raros, tipo «aquí huele a leche caliente» al entrar en una tienda de muebles
      Menos mal que mi entorno esta acostumbrado a que sea doña quisquillosa con los olores que si no…

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  6. Cómo te entiendo amiga! Yo era fumadora y antes siquiera de saber que estaba embarazada empecé a detestar el tabaco. Me pasaba como a ti sin estar embarazada así que estando ni te cuento. Lo mio fue con el curry, es el día de hoy que no lo soporto. El tabaco ni lo he vuelto a probar, mira qué suerte!
    Y yo pasé de desayunar jamón con pan de toda la vida, no por la toxoplasmosis que a mi nadie me dijo nada de esto y comí embutidos por un tubo, a desayunar pan con mantequilla. A mi, que de siempre me han salido granos con la mantequilla y ni uno chica!! Y cuando te enteres de lo del vello corporal…..que apenas te sale, al menos a mi, felicidad completa!

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    1. Jajajjajajaja. A mi me pasa con los plátanos.
      Nunca me hicieron gracia, y sin embargo ahora estoy comiendolos ¡como si no hubiera un mañana!
      A mí por desgracia el tabaco no me da asco, pero es verdad, que no me está costando nada de trabajo el no fumar.
      Pensé que me subiría por las paredes, pero lo llevo bastante dignamente

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  7. Yo con los olores lo pasé fatal. No soportaba el olor del aceite de oliva, ni el de las cerillas, ni el del tabaco (era fumadora empedernida entonces), ni los perfumes fuertes (sigo sin soportarlos), ni la gasolina… ¡Por dios, salía a vomitona cada dos minutos! 😀 😀

    En cuanto a la toxoplasmosis, hay nuevos estudios que parecen indicar que, o se ha exagerado, o se tuvo interés en el tema (no sería la primera vez, recordemos las declaraciones de la OMS http://www.20minutos.com/noticia/27329/0/oms/salchichas-tocino-jamon/cancer-tabaco/):

    «El proceso de curación de jamones y embutidos es totalmente seguro, no hay ninguna posibilidad de que toxoplasma sobreviva en ese medio. Por algún motivo, seguramente por simple miedo e ignorancia, alguien metió en el mismo saco el jamón y los embutidos que la carne cruda poco hecha. Y empezó a extenderse el mito. Luego, supongo que para compensar tanta restricción, se dijo que si lo congelas lo puedes comer sin riesgo, y empezaron a hacerse cosas tan extrañas como congelar jamón serrano antes de comerlo las embarazadas, sin ninguna necesidad ni fundamento”

    https://www.elpartoesnuestro.es/blog/2013/04/10/las-embarazadas-los-gatos-y-el-jamon

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  8. Me parto de la risa jajajajaja
    A mi lo de los olores me pasó hasta el final, había cosas que me daban unas arcadas horribles.
    Lo de la gente con olor a cebolla o la cebolla con olor a la gente que huele mal no sabría que decirte, pero una vecina de mi madre usa una colonia de coco y estando embarazada se subió conmigo en el ascensor. Mi madre vive en una segundo, pues me pareció que vivía en un 21.
    Gracias por seguir contando tu historia!

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